Tuesday, June 01, 2010

Jacinto Convit: "El desarrollo de un país depende de la ciencia".

  JACINTO CONVIT


EL DESARROLLO DE UN PAIS DEPENDE DE LA CIENCIA

Tiene 96 años y todavía está al mando del Instituto de Biomedicina de la UCV. 
Después de haber desarrollado la vacuna contra la lepra y la leishmaniasis, lo que le valió su postulación al Nobel de Medicina, ahora encabeza dos cruzadas. Ayuda a los indios warao y la lucha contra el cáncer. El científico es categórico: "jubilarse es la muerte!"


La mirada de Jacinto Convit es penetrante. Uno puede llegar a creer que, de un momento a otro, sus potentes ojos azules podrían desprenderse de sus cavidades y salir levitando con total autonomía biológica. A sus 96 años de edad, todavía lleva el timón del Instituto de Biomedicina, ubicado al lado del Hospital Vargas. El científico, que fue postulado en 1988 al Premio Nobel de Medicina por sus aportes al estudio de la lepra y de la leishmaniasis, va todos los días a trabajar. Su oficina es culto a la sencillez. Hay libros en español e inglés, cachicamos en miniatura y un discreto retrato de Simón Bolívar. 

En su escritorio, han colocado un timbre para que el investigador lo toque cada vez que necesite algo. Lo sonó múltiples veces durante la entrevista: pedía informes, papeles, carpetas, fotos para apoyar su exposición. Todo con carácter de urgencia. Una colaboradora comenta que es difícil llevarle el paso: "Tiene más energía que cualquiera de nosotras".

Convit, hijo de inmigrante catalán y de venezolana de origen canario, nació en La Pastora el 11 de septiembre de 1913.

En esa época, uno andaba en tranvía. Yo aprendí a leer en una escuelita que dirigía una señora de apellido Betancourt.

Después, entré al Colegio San Pablo, que era una institución familiar comandada por los hermanos cumaneses Martínez Centeno, descendientes del Mariscal Sucre. Allí cursé toda la primaria. Y entonces pasé al Liceo Caracas, donde me dio clases Don Rómulo Gallegos. Poca gente sabe que él era profesor de Matemáticas, una materia que conocía muy a fondo. Le saqué 20 puntos. Gallegos no pudo seguir en el liceo porque lo expulsaron del país: eran los tiempos de Gómez. Ingresé a la Universidad Central en 1932 y me gradué de doctor en Ciencias Médicas en 1938.

El año de su graduación fue decisivo para Convit. Los doctores Martín Vegas y Pedro Luis Castellanos le ofrecieron el cargo de médico residente de la leprosería de Cabo Blanco (Vargas). El sueldo era 1.500 bolívares, y el joven aceptó. Allí trabajó quince años.

La leprosería era un hospital donde se llevaba a la gente a la fuerza. Lo que llamaban aislamiento compulsorio: por ley. Los pacientes eran prácticamente capturados donde vivían y trasladados allí. Los que venían de zonas distantes eran traídos en barco y los que venían de zonas más cercanas, en un camión. Uno de ellos venía de Maturín. Eran como las tres o cuatro de la mañana. Llegó encadenado y acompañado de dos hombres armados. Yo me ofusqué un poco y les dije: `¡Quítenle las cadenas porque ése es un ser humano!’ Y los dos hombres me obedecieron. El paciente estuvo relativamente poco tiempo. Como a los cuatro meses, se fugó de la leprosería.  Era un ambiente inaguantable.

Este apartheid que Convit presenció selló para siempre su destino. Decidió emprender una verdadera cruzada para que al enfermo de lepra se le respetara su dignidad y para dar con la cura de esta enfermedad de raíz bíblica.

La lepra se trataba con aceite de chaulmoogra y se aliviaba el dolor con derivados de morfina. El aceite lo refinaba un danés, Jorge Jorgesën, químico experto que había peleado en la guerra mundial.

Pero el enfermo no se curaba con eso: había que encontrar un tratamiento más eficaz. Me fui a la UCV y catequicé a ocho estudiantes de Medicina para que trabajaran conmigo. Además, hubo tres personas que me ayudaron muchísimo en el estudio que estábamos realizando: la doctora Elena Blumenfeld, farmaceuta, y otra persona de apellido Granado, de origen argentino, laboratorista, y que había venido con el Che Guevara a ver la leprosería. Hablé muy poco con el Che Guevara porque apenas pasó una noche en Cabo Blanco: al día siguiente se iba, creo, a Bolivia. Granado se quedó un año y se fue después a Cuba. La tercera persona fue el doctor Antonio Wasilkouski, un farmacólogo polaco, quien montó un pequeño laboratorio para producir medicamentos.

Convit, que hace poco fue catalogado por la BBC como uno de los cinco latinoamericanos más influyentes, que ganó el Premio Príncipe de Asturias en 1987, siempre opta por el plural cuando habla de su hazaña científica.

El primer medicamento que nos pareció importante para experimentar fue el Diamino-Difenil- Sulfona, el llamado DDS, que era activo contra las micobacterias. Un segundo medicamento que utilizamos fue la clofamizina. Con esos dos medicamentos, tratamos a 500 pacientes de la leprosería de Cabo Blanco. Y en un plazo de dos años, se curaban. Fue una verdadera revolución.

Se cerraron las dos leproserías nacionales: la de Cabo Blanco y la de Providencia (Zulia), que albergaban dos mil enfermos. Se crearon entonces los servicios antileprosos nacionales.

El procedimiento que nosotros ideamos fue la base para desarrollar el tratamiento de la lepra en todos los países endémicos.

Esos resultados fueron aplicados por la OMS, modificando ligeramente el cuadro: agregó un antibiótico (rifampicina).

Nuestro trabajo sirvió para desarrollar el tratamiento que la OMS llamó poliquimioterapia de la lepra.

Toca el timbre. Pide a su secretaria que le traiga una copia de un artículo, escrito por él y otros investigadores, donde están asentados sus hallazgos. Fue presentado en Londres en los años sesenta. Está en inglés.

Luego del uso de los dos medicamentos (DDS y clofamizina), preparamos una vacuna a base de BCG (vacuna contra la tuberculosis) y de bacilos de armadillo (cachicamo). Posteriormente, trabajamos con la leishmaniasis, que es un problema de salud pública grave en Venezuela: son 5 mil enfermos nuevos por año. Desarrollamos una vacuna compuesta por el parásito de la leishmaniasis, que es la leishmania, con el BCG. El tratamiento de la leishmaniasis se hacía con los antimoniales pentavalentes, que son medicamentos muy caros. Preparamos esa vacuna y le economizamos al país dos millones de dólares por año. El desarrollo de un país depende de la ciencia. Por eso es que nosotros estamos subdesarrollados. Porque a nuestra ciencia, en verdad, no se le ha dado el empuje que debe tener, aunque se ha hecho un esfuerzo.

Jamás ha ejercido la medicina privada. No va con mi carácter. El médico debe ser un servidor público. Para mí, este no es un negocio, se trata de proteger la vida humana. Es muy difícil hacer fortuna ganando un sueldo de médico de salud pública. Pero, al fin y al cabo, uno no necesita de eso. Porque si uno tiene una vida discreta y le es suficiente lo que gana, uno se siente feliz. Una vez me informaron que en la Academia Militar había un joven a quien le habían diagnosticado lepra. Lo vi y encontré que el muchacho tenía una lesión, pero benigna. La lepra presenta lesiones agresivas en un porcentaje importante y lesiones benignas, que muchas veces se curan solas. Le escribí una carta al presidente de la junta de gobierno, Delgado Chalbaud. Y él me contestó que ese joven no iba a ser expulsado porque yo decía que no tenía una enfermedad maligna. El muchacho se graduó y vino a visitarme cuando era coronel. Esas son las cosas a las que uno, como médico, les da importancia.

Científico a carta cabal, no vacila, sin embargo, en reconocer su fe. No solamente creo en Dios, sino que uno tiene que hacer el esfuerzo para que los demás crean en él. Porque indudablemente que la creencia en Dios es algo necesario para el ser humano. A veces uno está pensando cosas y estoy seguro de que está influido por Dios.
Convit está casado con Rafaela Marotta, que tiene 90 años. Tuvieron cuatro hijos: Francisco, que cría caballos pura sangre; Oscar, que falleció en un accidente de tránsito cuando tenía 23 años; Antonio, psiquiatra, profesor de la Universidad de Nueva York y director médico del Centro de Investigaciones Cerebrales de esa institución; y Rafael, que es cirujano y trabaja en el Washington Medical Center. Los dos últimos son gemelos. 
¿Qué piensa el científico de la muerte? 
La muerte es algo que uno tiene que aceptar. Nadie se puede salvar de mori Es decir, la muerte no es discutible.  Ahora, lo que hay que hacer es aprovechar el tiempo y hacer las cosas lo mejor posible. Tratar de favorecer a la gente lo más que se pueda. Por eso pasé de mi trabajo en lepra y leishmaniasis al cáncer. 
El fenómeno del cáncer es muy parecido, casi idéntico al de la lepra, porque, en el caso de la lepra, el organismo no reconoce a la bacteria que la produce y, por tanto, la bacteria se multiplica hasta el infinito. Calcule usted que debe haber más de diez millones de bacterias por gramo de tejido enfermo.

En el caso del cáncer, no se ha descubierto la bacteria, pero se ha descubierto la célula tumoral, que no es reconocida tampoco por el cuerpo que la sufre y entonces progresa millones de veces en el sitio y después pasa, igualito que ocurre con la lepra, por la sangre y por los linfáticos.

El objetivo es lograr que el cuerpo reconozca la célula cancerosa a base de un sistema inmune adecuadamente controlado.

Convit no ve obstáculos sino oportunidades. Su tenacidad es impresionante. 
¿Está cerca la vacuna contra el cáncer? 
Yo tengo la impresión de que está cerca. Y que debemos tener fe. El problema de la lucha contra estas enfermedades que afectan al ser humano es el prejuicio. La lepra pudo ser tratada porque trabajamos sin prejuicio, teniendo la seguridad de que se iba a encontrar un tratamiento que iba a mejorar al enfermo. Y en cáncer existe un prejuicio tremendo: la gente cree que no tiene solución, y que nunca la tendrá. Eso no es así. Nosotros, en lepra, usamos sustancias que permitieron al organismo destruir al mycobacterium leprae. Debemos seguir esa misma vía: usar sustancias que destruyan la célula tumoral. En eso es que estamos trabajando. Llevamos tres años.

¿Qué cual es el secreto de mi longevidad? ¿Que por qué no me he muerto? ¿Eso es lo que usted me quiere preguntar? (Sonríe)... Porque tengo proyectos en qué ocuparme. Y me ocupo.  La tragedia está en las jubilaciones que consumen el cerebro del ser humano y refugiarse entre las paredes de la casa limita el pensamiento, hasta el ejercicio físico, el ser humano se desactualiza aislándose de sus compañeros y la vida social como intercambio de ideas. Hombres y mujeres jubilados se abandonan hasta en su apariencia, lamentablemente.
UNO DEBE ACOSTUMBRARSE A SER FELIZ CUANDO HACE FELIZ A LOS DEMÁS.

 

Tuesday, March 16, 2010

El irreverente y prodigioso Renny Ottolina.


Cada 16 de Marzo, es inevitable que recordemos la vida y trayectoria de una personalidad que, mientras su huella aún permanece en la memoria del público venezolano de edades mayores, no es menos cierto que también le sobrevive un valioso legado, artístico e intelectual, político que las generaciones más jóvenes están en el deber de apreciar. El mejor homenaje que podemos rendir, no solo a Renny Ottolina, sino a muchos otros grandes de nuestra pantalla y la comunicación de ayer y hoy, es aportar nuestro grano de arena en defensa de la libre expresión del pensamiento y la libre elección de nuestros medios de información y esparcimiento hogareño.



Nació en Valencia (Edo. Carabobo) el 11 de diciembre de 1928 y falleció en el cerro El Ávila el 16 de marzo de 1978 tras un supuesto atentado por ser el lider quien  suponia guiaría los destinos del pais a una Venezuela mejor.
Animador de televisión.
Su verdadero nombre era Reinaldo José Ottolina Pinto. Hijo de Francisco Ottolina y Ana Mercedes Pinto. Se inició en la radiodifusión en 1945 en Radio Caracas Radio; luego trabajaría para Radio Continente y Radiodifusora Venezuela .Paralelamente a su labor en la radio, trabajó en Bolívar Films, donde escribió y narró noticiarios y documentales. En 1954, se convirtió en uno de los pioneros de la televisión venezolana en Televisa, primera estación de televisión comercial del país. Al año siguiente ingresó en Radio Caracas Televisión (RCTV), donde animó un programa diario.
Renny Ottolina
En 1958 comenzó en la misma planta de televisión su “Show de Renny”. En RCTV tuvo también varios programas regulares, Tómelo o déjelo, “Viaje melódico”,.¿Cuál es su profesión?”, “El Farol TV”, “Mi trabajo y yo, “Conciertos Firestone”, -Venezuela mira su futuro, entre otros. Durante la década de 1960, sus programas “Show de Renny” y “Renny presenta” fueron retransmitidos en varios países latinoamericanos. En 1961, cuando Televisa se convirtió en Venevisión, Renny fue nombrado Gerente General de dicha empresa televisiva. Allí se mantuvo algunos años hasta que en 1964 fue nombrado director de Radio Caracas Televisión. Fue un revolucionario de la técnica publicitaria, al utilizar un estilo poco convencional. En el mundo del espectáculo, se le reconoce como formador de artistas. Al final de su vida, se dedicó a la actividad política creando junto a Gonzalo Perez Hernandez el Movimiento de Integridad Nacional (MIN) pero un accidente de aviación le causó la muerte poco después de lanzar su candidatura a la Presidencia de la República para las elecciones de diciembre de 1978.

Articulo de Luis Machado:

Renny Ottolina jamás hubiera hecho una cadena

“RENNY OTTOLINA tuvo la inteligencia de saberse manejar al no envenenarse televisivamente a despecho del suceso que lo hizo grande en la pantalla chica.

No se excedió narcisamente y ello le granjeó la admiración de hasta quienes lo adversaban. Yendo al grano, Renny se alejaba de la televisión durante año y medio cada dos años.

En el famoso "Café de París", en la concurrida Vía Veneto romana, tuve la curiosidad de preguntárselo. "Porque la persistencia infinita te hace repelente, te estropea la imagen, termina pasando factura" contestó.

"Llega un momento, caro Omar, que le produces hedor a la audiencia", remató. Lo traigo a colación porque la semana pasada el Presidente Chávez apareció TODOS los días en los televisores, los exprimió hasta la saciedad, incluso con actos que no tenían trascendencia e interés para más del 60% de los venezolanos miserablemente encadenados.

Abominable en grado superlativo el uso ¡abuso!, que no se le conoció jamás a ningún jefe de Estado en Venezuela. Cuchillo para su propia garganta, Presidente. Si usted conociera las reacciones que producen en el público sus permanentes apariciones, en muchos casos cuando hay espectáculos mayoritarios, identificados fervorosamente con el pueblo.

A eso hay que agregarle el ametrallamiento incesante de los mensajes del gobierno bolivariano, hasta la coronilla. Bendito el cable para el instantáneo cambio de Canal. Qué gran invento ha sido ese. Un observador político español, de tránsito en Caracas, me diría que nunca más vuelve por estos lares porque se enfermó viendo al hombre cuyo máximo delirio es escucharse a sí mismo.

Aludía, ciertamente, al Chávez apasionado por aparecer televisivamente. "Ni los dictadores más feroces llegaron a tal extremo de figuración", razonó. Por eso me vino a la memoria una de las ejemplares virtudes del gran Renny Ottolina.”

(Omar Lares, El Universal, domingo 30-09-07)

Este artículo sobre Renny Ottolina nos revela el secreto de uno de los mas grandes comunicadores que ha tenido Latinoamérica en todos los tiempos, la expresión clave es: “llega un momento, caro Omar, que le produces hedor a la audiencia"; es decir Renny no atosigó a la gente, supo hacer que el publico lo extrañara, lo echara de menos.

Albert Einstein aparte de genio era contundente en sus apreciaciones, es impactante aquel dicho: “hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana”. Einstein igualmente decía que el secreto para triunfar llevaba tres ingredientes: trabajo, descanso y andar con la boca cerrada. Esto de callarse la boca permanentemente es obvio que no es literal, lo que muy probablemente quiso decir es lo que dice el refrán popular: “el que mucho habla, mucho yerra”.

No se trata de llegar a tanto como andar todo el tiempo callado pero sí entender que todo en la vida tiene un ciclo: viene el día, luego viene la noche, el día descansa a la noche y viceversa. Esto se ve hasta en el corazón, hay dos movimientos: sístole y diástole: hasta el corazón se toma su descanso. Hay que darles las respectivas pausas a la gente, hay que permitirles que luego de comer hagan la digestión y evitar indigestarlos. Mucho dulce empalaga y mucha sal corroe, ni calvo ni con dos pelucas.

Renny Ottolina jamás se encadenó pero por otra parte las cadenas de Chávez son un abuso. El 24 de julio del año 2001, día del aniversario del Natalicio de nuestro verdadero Libertador Simón Bolívar, Chávez se fue a la Casa Natal y tenía la espada de Bolívar para blandirla y “cantarle loas” a nuestro verdadero Libertador; entre las terribles cosas que dijo una de ellas era: “saco la espada de Bolívar cuantas veces me dé la gana y hago cadenas cuantas veces me dé la gana”

Al poco tiempo de este episodio del “me da la gana” y para burlarse de quienes le criticaban sus insufribles cadenas, y de paso para amenazar con mas y mas cadenas dijo: “de ahora en adelante me llamo Hugo Rafael Cadena Chávez Frías”.

Cada vez que Chávez hace una cadena le a sus oyentes una especie de grito militar victorioso: “estamos en cadena nacional”, y los ahí presentes se ven obligados a aplaudir cual focas. Muy probablemente en el fondo de su alma muchos de ellos y ellas se deben sentir muy mal por verse obligados a participar en tan indigno show. Estos circos encadenados jamás los hubiera hecho Renny Ottolina.

Las torturantes y casi diarias cadenas de Chávez son el reflejo de un mandatario sin controles, sin frenos, sin límites, que no le rinde cuentas a nadie excepto a Fidel Castro, que tiene un poder omnímodo y como tal tiende al ilimitado abuso.

No ha habido hasta ahora ningún pronunciamiento de parte del Libro Guinness de los Récords sobre el jerarca internacional que mas hable y mas se encadene, pero seguro que sería Chávez, no solo de nuestros actuales tiempos sino de toda la historia de la humanidad: ojalá que el Libro Guinness algún día tuviera el coraje de atreverse.

Muchas veces las cadenas y peroratas están cargadas de hipocresía, fariseísmo, cinismo y caradurismo, cuando por ejemplo el pasado domingo 30 de septiembre del año en curso arremetió contra el uso de las Hummer y el whisky (de 18 años como es la moda revolucionaria)

Bien le contestó el valiente “Jonson Delgado, Presidente de COPEI Táchira, no se mordió la lengua. El Presidente sí tiene derecho a usar trajes importados, a pagarle a uno de los sastres más caros el sr.Scutaro, a usar corbatas de seda italiana, a ponerse Rolex, y a darse el lujo con el dinero del pueblo…

Hugo Chávez sabe quienes son los que utilizan los dólares que tiene sustraído Cadivi para comparar Camionetas Hummer e importar Whisky 18 y 21 años.
“Si no, que salga al patio del Palacio de Miraflores cuando hace esas reuniones tipo “Sarao” con sus dirigentes de todo el país y se dará cuenta que allí estacionan su camioneta Hummer el gobernador de Carabobo, el Presidente de Cadivi, Hernández Berenz -protegido de Ronald Blanco- el superintendente del Seniat, y pare usted de contar. Los rojos rojitos son los que compran Hummer y toman Whisky 18 años”, enfatizó.

Agregó que, en el Circulo Militar de San Cristóbal se realizan fiestas de Banfoandes con bebidas alcohólicas importadas, por lo cual calificó como “cínicas y embusteras” las declaraciones emitidas por el primer mandatario nacional en su programa dominical Aló Presidente del pasado domingo.
Argumentó que ya el gobierno se está percatando que el pueblo venezolano está rechazando la “reforma comunista de la Constitución”, y por tal razón “ahora se les da por aparentar que son muy honrados, fingiendo que son incorruptibles”. (“Noticias 24”, 3-10-07)

El ejemplo que nos debe guiar es la manera de comunicarnos con los demás, bien sea en privado como en publico, no debería ser el de las torturantes cadenas de Chávez sino el de la sabiduría de Renny Ottolina, que con razón fue llamado por muchos el número uno de la televisión. Renny murió en marzo de 1978, muy poco tiempo antes de la Semana Santa de ese año.

Recuerdo que en la misa del Jueves Santo el sacerdote nos pidió encomendarle a Dios el alma de Renny Ottolina, que tanto bien nos había hecho, tanta felicidad nos había dado y tan agradable que había hecho nuestros medio-días.

A Renny le vendrían muy bien aquellas palabras del Apóstol San Pedro, primer Papa, en el sentido que “pasó haciendo el bien”:

“Jesús de Nazaret fue consagrado por Dios, que le dio Espíritu Santo y poder. Y como Dios estaba con él, pasó haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en la misma Jerusalén. Al final lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día” (Hechos de los Apóstoles, 10,38-40).

Nuestra vida no tiene sentido en cuanto a la egolatría, a la auto-idolatría, al egoísmo y en cuanto al ilimitado abuso mediante cadenas y más cadenas sino en cuanto a la alegría, la felicidad y al bien que en esta vida pasemos haciéndole a los demás.

Thursday, January 14, 2010

Cuando la irreverencia se hace MÚSICA.


                                  http://www.unidadvenezuela.org/

             "CUANDO LA IRREVERENCIA SE HACE MÚSICA"

    EL CREADOR DE LA ONDA NUEVA, ALDEMARO ROMERO.

Compositor, músico y maestro, ha sido uno de los artistas más notables del país

De a poco. Así se fue el pianista, compositor y arreglista venezolano Aldemaro Romero (12 de marzo de 1928), quien falleció ayer en la Clínica El Ávila de Caracas, a los 79 años de edad.

Oriundo de Valencia, estado Carabobo, de su infancia habla Aldemaro Romero en el libro La música en Carabobo, editado por el Consejo Legislativo. Una infancia que, como recordaba él en una entrevista, está marcada por sonidos cotidianos, pero también por acordes del cuatro que su padre hacía llegar hasta sus oídos.

"Me acuerdo de mi padre, el maestro Rafael Römer, que enseñaba música en la casa del Cerro del Zamuro, donde nací. Me acuerdo de las campanas de la vecina cabaña de la Divina Pastora, donde oficiaba el padre Torres (...) y de mi maestra de catecismo, Juanita Rivolta (...) quien, cuando era joven, le gustaba formar zaperocos".

Hito importante en su trayectoria es el año de 1941 cuando se muda a Caracas, pues su padre iba a encargarse de la orquesta del Teatro Municipal, donde Aldemaro se coleaba una y otra vez para escuchar las interpretaciones hasta interesarse finalmente por el piano.

Y es entre blancas y negras que comienza precisamente la composición de canciones populares que más tarde presenta en transmisiones de radio y salas de baile junto con orquestas como la Sonora Caracas, Luis Alfonzo Larrain y Rafa Víctor.

Aunque fue a comienzos de la década de los cincuenta cuando Aldemaro Romero llamó la atención de grandes músicos de distintas partes del orbe.

Contratado como arreglista de RCA Victor de Nueva York, editó un disco de vinil, tapa de cartón y 33 revoluciones -ni hablar del formato compacto para aquella época-, que la disquera bautizó con el nombre de Dinner in Caracas para dar inicio a la serie que continuó con Dinner in Habana, de René Tousset y Dinner en Rio, de Fafá Legus.

No tuvieron que pasar muchos meses para que Romero rompiera récords de venta en casi todo el continente gracias a su propuesta rítmica: una mezcla de joropo con bossa nova brasileña y un toque de jazz que él mismo llamó "Onda Nueva".

"Aldemaro siempre fue un músico adelantado a los demás", dice el periodista, compositor y poeta Manuel Graterol. "Fue el responsable de una revolución. La música venezolana tiene un antes y un después del disco Dinner en Caracas, uno de sus mayores aportes".

A partir de ese momento, asegura quien es mejor conocido como Graterolacho, casi todos los músicos en Venezuela han tenido influencia de Aldemaro Romero, incluyendo a la banda de funk Los Amigos Invisibles.

"Es imposible negar la influencia de la Onda Nueva de Aldemaro Romero, esa mezcla de jazz con música venezolana. La hicimos nuestra porque es divina", acepta Julio Briceño, voz de los Invisibles, quien recuerda que la banda compuso el tema Aldemaro en su camaro a manera de tributo al arreglista y compositor venezolano.

Pero Dinner in Caracas fue apenas el comienzo de una carrera que llevó a Aldemaro Romero a colaborar con orquestas, cantantes y estrellas como Dean Martin, Jerry Lewis, Stan Kenton, Ray Mekin, Machito, Noro Morales y Tito Puente.

Hasta México, Puerto Rico, Colombia, Brasil, Argentina, España, Francia, Grecia, Suiza, Suecia, Italia, Rusia, Egipto y Japón fue a parar su música.

En 1979 fundó y dirigió la Orquesta Filarmónica de Caracas, que para él era la mejor orquesta de América Latina, y que el presidente Jaime Lusinchi terminó por clausurar. "Le pareció una exageración que yo ganara 50 mil bolívares y decidió acabar con el proyecto", sentenció Romero alguna vez.

Dirigió la London Simphony Orchestra, la English Chamber Orchestra, la Orquesta de la Radio Televisión Rumana y la Royal Philarmonic Orchestra.

"Un genio -dice Manuel Graterol-. ¿Un sabio. Creo que la gente no ha sabido apreciar su talento y todos los aportes que le brindó a la música?". Y la cantante María Teresa Chacín está de acuerdo. "Un genio, creador de música de gran belleza que va a quedar para la posteridad. Muestra de ello es De repente, que ha sido incluida entre las grandes canciones del siglo XX".

"Estoy satisfecho con los dos dones que Dios me deparó para que viviera con éxito en esta vida: el oído musical y la memoria. Con esas armas he vivido felizmente durante años", dijo una vez el maestro, satisfecho de su obra.

Tuesday, January 12, 2010

Kotepa delgado, irreverencia LIBERTAD.

Kotepa Delgado
Delgado, Francisco José (KOTEPA DELGADO)
Duaca. Estado Lara, 20-5-1907 – Caracas, 5-8-1998

Político y periodista. Hijo de Francisco Delgado y María de Delgado. Realizó sus estudios de primaria en su ciudad natal y se graduó de bachiller en el colegio La Salle de Barquisimeto en 1925. Para 1927 empieza a estudiar derecho en la Universidad Central de Venezuela y cuando cursaba cuarto año abandona los estudios para dedicarse a tiempo completo a las actividades políticas y periodísticas.

Kotepa Delgado fue de los abanderados en la lucha contra la dictadura de Juan Vicente Gómez. Cuando se producen los acontecimientos de la Semana del Estudiante durante los carnavales de 1928, en la Universidad Central de Venezuela, Kotepa figura entre los dirigentes estudiantiles que secundan a Pío Tamayo, al finalizar su poema a la reina Beatriz I, invocando la palabra Libertad, con que se enciende el enfrentamiento estudiantil contra la dictadura gomecista.

Los principales dirigentes, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Jóvito Villalba y otros, entre los cuales figuran Kotepa, van a parar a la cárcel de La Rotunda y al castillo de Puerto Cabello, así como también a trabajos forzados en la construcción de la carretera de las Colonias en la vía Guatire-Araira, estado Miranda. Sin doblegarse, no obstante su débil figura, Kotepa sufre, en varios períodos, cinco años de cárcel y además padece exilio político en Barranquilla y Bogotá, fichado de comunista.

La protesta estudiantil de 1928, además de haber marcado un hito en la historia política del siglo XX en Venezuela, ha sido magnificada como la Generación del 28, para denominar a sus pertenecientes y protagonistas. Sea cual fuere el verdadero sentido y significado de la misma, lo cierto es que inicia la génesis de las corrientes ideológicas y partidistas modernas del país: el marxismo, la socialdemocracia y el socialcristianismo.

Rodolfo Quintero, Kotepa Delgado y Juan Bautista Fuenmayor redactan “25 lecciones para obreros”, las cuales son editadas en un multígrafo de la Federación de Estudiantes (FEV), institución de la que saldrán los dirigentes que formarán los partidos políticos Comunista de Venezuela, Acción Democrática, Unión Republicana Democrática y COPEI.

Cuando muere el general Gómez, el 17 de diciembre de 1935, Kotepa Delgado y Juan Bautista Fuenmayor fundan el Partido Comunista en el Zulia, junto con Elio Montiel, José Martínez Pozo, Olga Luzardo, Manuel Taborda, Espartaco González y otros. De allí dan los primeros pasos para la fundación de sindicatos petroleros, que van a jugar un papel fundamental en la realización de la primera huelga petrolera de 1936-1937, durante el gobierno de Eleazar López Contreras.

Kotepa y Fuenmayor realizaban su trabajo en la clandestinidad, durante las noches, organizando células de barrio y de empresa, confundidos y mezclados con la masa obrera y utilizando nombres supuestos a fin de que no fueran identificados por la policía. Con ese bagaje de vivencias y conocimientos, Kotepa pasa a la etapa fundamental de su existencia: el ejercicio del periodismo.

Empieza escribiendo en el diario El Impulso de Barquisimeto. En 1930 trabaja en la redacción de El Sol de Caracas. Pero su labor más fructífera, por el impacto que produce en el lector, se da cuando aparece el diario Ultimas Noticias, fundado por Kotepa, Pedro Beroes, Vaugham Salas Lozada y Víctor Simone Delima, el 16 de setiembre de 1941. Como los tres primeros eran militantes comunistas, el periódico tiene una inclinación popular revolucionaria pero al mismo tiempo es exponente del periodismo moderno, estilo norteamericano.

El periodismo escrito por Kotepa se caracterizó por el fino y agudo toque humorístico con que escribió todas sus crónicas. Sobre todo, las que publicó desde 1973 en el diario El Nacional, como columnas semanales, con los nombres de “¡Qué tiempos aquellos!” y “Escribe, que algo queda”. Como humorista, Kotepa Delgado es como fundador del semanario El Morrocoy Azul (1941), junto con Miguel Otero Silva, Andrés Eloy Blanco, Carlos Irazábal, Aquiles Nazoa, Gabriel Bracho Montiel, Manolo García Maldonado, Claudio Cedeño, Víctor Simone Delina y otros de singular importancia en el género .

Cuando desaparece El Morrocoy..., participa en la fundación de otros periódicos como La pava macha (1961); El infarto (1966); La Sápara Panda (1968) y El imbécil (1970). Lo cual es mérito suficiente para que en 1974 se le conceda el Premio Municipal de Periodismo de Caracas; y en 1977 se le otorgue el Premio Nacional de Periodismo. M.Be.

Bibliografía:
Igor Delgado Señor. “Nota Biográfica sobre Kotepa Delgado” (Inédita)
Juan Bautista Fuenmayor. Historia de la Venezuela Política Contemporánea. Tomos I y II. Caracas, 1976.
Manuel Caballero. Entre Gómez y Stalin (La sección venezolana de la Internacional Comunista) Universidad Central de Venezuela. Caracas, 1989.

Tomado del Diccionario Biográfico de la Fundación Polar.