Tuesday, March 16, 2010

El irreverente y prodigioso Renny Ottolina.


Cada 16 de Marzo, es inevitable que recordemos la vida y trayectoria de una personalidad que, mientras su huella aún permanece en la memoria del público venezolano de edades mayores, no es menos cierto que también le sobrevive un valioso legado, artístico e intelectual, político que las generaciones más jóvenes están en el deber de apreciar. El mejor homenaje que podemos rendir, no solo a Renny Ottolina, sino a muchos otros grandes de nuestra pantalla y la comunicación de ayer y hoy, es aportar nuestro grano de arena en defensa de la libre expresión del pensamiento y la libre elección de nuestros medios de información y esparcimiento hogareño.



Nació en Valencia (Edo. Carabobo) el 11 de diciembre de 1928 y falleció en el cerro El Ávila el 16 de marzo de 1978 tras un supuesto atentado por ser el lider quien  suponia guiaría los destinos del pais a una Venezuela mejor.
Animador de televisión.
Su verdadero nombre era Reinaldo José Ottolina Pinto. Hijo de Francisco Ottolina y Ana Mercedes Pinto. Se inició en la radiodifusión en 1945 en Radio Caracas Radio; luego trabajaría para Radio Continente y Radiodifusora Venezuela .Paralelamente a su labor en la radio, trabajó en Bolívar Films, donde escribió y narró noticiarios y documentales. En 1954, se convirtió en uno de los pioneros de la televisión venezolana en Televisa, primera estación de televisión comercial del país. Al año siguiente ingresó en Radio Caracas Televisión (RCTV), donde animó un programa diario.
Renny Ottolina
En 1958 comenzó en la misma planta de televisión su “Show de Renny”. En RCTV tuvo también varios programas regulares, Tómelo o déjelo, “Viaje melódico”,.¿Cuál es su profesión?”, “El Farol TV”, “Mi trabajo y yo, “Conciertos Firestone”, -Venezuela mira su futuro, entre otros. Durante la década de 1960, sus programas “Show de Renny” y “Renny presenta” fueron retransmitidos en varios países latinoamericanos. En 1961, cuando Televisa se convirtió en Venevisión, Renny fue nombrado Gerente General de dicha empresa televisiva. Allí se mantuvo algunos años hasta que en 1964 fue nombrado director de Radio Caracas Televisión. Fue un revolucionario de la técnica publicitaria, al utilizar un estilo poco convencional. En el mundo del espectáculo, se le reconoce como formador de artistas. Al final de su vida, se dedicó a la actividad política creando junto a Gonzalo Perez Hernandez el Movimiento de Integridad Nacional (MIN) pero un accidente de aviación le causó la muerte poco después de lanzar su candidatura a la Presidencia de la República para las elecciones de diciembre de 1978.

Articulo de Luis Machado:

Renny Ottolina jamás hubiera hecho una cadena

“RENNY OTTOLINA tuvo la inteligencia de saberse manejar al no envenenarse televisivamente a despecho del suceso que lo hizo grande en la pantalla chica.

No se excedió narcisamente y ello le granjeó la admiración de hasta quienes lo adversaban. Yendo al grano, Renny se alejaba de la televisión durante año y medio cada dos años.

En el famoso "Café de París", en la concurrida Vía Veneto romana, tuve la curiosidad de preguntárselo. "Porque la persistencia infinita te hace repelente, te estropea la imagen, termina pasando factura" contestó.

"Llega un momento, caro Omar, que le produces hedor a la audiencia", remató. Lo traigo a colación porque la semana pasada el Presidente Chávez apareció TODOS los días en los televisores, los exprimió hasta la saciedad, incluso con actos que no tenían trascendencia e interés para más del 60% de los venezolanos miserablemente encadenados.

Abominable en grado superlativo el uso ¡abuso!, que no se le conoció jamás a ningún jefe de Estado en Venezuela. Cuchillo para su propia garganta, Presidente. Si usted conociera las reacciones que producen en el público sus permanentes apariciones, en muchos casos cuando hay espectáculos mayoritarios, identificados fervorosamente con el pueblo.

A eso hay que agregarle el ametrallamiento incesante de los mensajes del gobierno bolivariano, hasta la coronilla. Bendito el cable para el instantáneo cambio de Canal. Qué gran invento ha sido ese. Un observador político español, de tránsito en Caracas, me diría que nunca más vuelve por estos lares porque se enfermó viendo al hombre cuyo máximo delirio es escucharse a sí mismo.

Aludía, ciertamente, al Chávez apasionado por aparecer televisivamente. "Ni los dictadores más feroces llegaron a tal extremo de figuración", razonó. Por eso me vino a la memoria una de las ejemplares virtudes del gran Renny Ottolina.”

(Omar Lares, El Universal, domingo 30-09-07)

Este artículo sobre Renny Ottolina nos revela el secreto de uno de los mas grandes comunicadores que ha tenido Latinoamérica en todos los tiempos, la expresión clave es: “llega un momento, caro Omar, que le produces hedor a la audiencia"; es decir Renny no atosigó a la gente, supo hacer que el publico lo extrañara, lo echara de menos.

Albert Einstein aparte de genio era contundente en sus apreciaciones, es impactante aquel dicho: “hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana”. Einstein igualmente decía que el secreto para triunfar llevaba tres ingredientes: trabajo, descanso y andar con la boca cerrada. Esto de callarse la boca permanentemente es obvio que no es literal, lo que muy probablemente quiso decir es lo que dice el refrán popular: “el que mucho habla, mucho yerra”.

No se trata de llegar a tanto como andar todo el tiempo callado pero sí entender que todo en la vida tiene un ciclo: viene el día, luego viene la noche, el día descansa a la noche y viceversa. Esto se ve hasta en el corazón, hay dos movimientos: sístole y diástole: hasta el corazón se toma su descanso. Hay que darles las respectivas pausas a la gente, hay que permitirles que luego de comer hagan la digestión y evitar indigestarlos. Mucho dulce empalaga y mucha sal corroe, ni calvo ni con dos pelucas.

Renny Ottolina jamás se encadenó pero por otra parte las cadenas de Chávez son un abuso. El 24 de julio del año 2001, día del aniversario del Natalicio de nuestro verdadero Libertador Simón Bolívar, Chávez se fue a la Casa Natal y tenía la espada de Bolívar para blandirla y “cantarle loas” a nuestro verdadero Libertador; entre las terribles cosas que dijo una de ellas era: “saco la espada de Bolívar cuantas veces me dé la gana y hago cadenas cuantas veces me dé la gana”

Al poco tiempo de este episodio del “me da la gana” y para burlarse de quienes le criticaban sus insufribles cadenas, y de paso para amenazar con mas y mas cadenas dijo: “de ahora en adelante me llamo Hugo Rafael Cadena Chávez Frías”.

Cada vez que Chávez hace una cadena le a sus oyentes una especie de grito militar victorioso: “estamos en cadena nacional”, y los ahí presentes se ven obligados a aplaudir cual focas. Muy probablemente en el fondo de su alma muchos de ellos y ellas se deben sentir muy mal por verse obligados a participar en tan indigno show. Estos circos encadenados jamás los hubiera hecho Renny Ottolina.

Las torturantes y casi diarias cadenas de Chávez son el reflejo de un mandatario sin controles, sin frenos, sin límites, que no le rinde cuentas a nadie excepto a Fidel Castro, que tiene un poder omnímodo y como tal tiende al ilimitado abuso.

No ha habido hasta ahora ningún pronunciamiento de parte del Libro Guinness de los Récords sobre el jerarca internacional que mas hable y mas se encadene, pero seguro que sería Chávez, no solo de nuestros actuales tiempos sino de toda la historia de la humanidad: ojalá que el Libro Guinness algún día tuviera el coraje de atreverse.

Muchas veces las cadenas y peroratas están cargadas de hipocresía, fariseísmo, cinismo y caradurismo, cuando por ejemplo el pasado domingo 30 de septiembre del año en curso arremetió contra el uso de las Hummer y el whisky (de 18 años como es la moda revolucionaria)

Bien le contestó el valiente “Jonson Delgado, Presidente de COPEI Táchira, no se mordió la lengua. El Presidente sí tiene derecho a usar trajes importados, a pagarle a uno de los sastres más caros el sr.Scutaro, a usar corbatas de seda italiana, a ponerse Rolex, y a darse el lujo con el dinero del pueblo…

Hugo Chávez sabe quienes son los que utilizan los dólares que tiene sustraído Cadivi para comparar Camionetas Hummer e importar Whisky 18 y 21 años.
“Si no, que salga al patio del Palacio de Miraflores cuando hace esas reuniones tipo “Sarao” con sus dirigentes de todo el país y se dará cuenta que allí estacionan su camioneta Hummer el gobernador de Carabobo, el Presidente de Cadivi, Hernández Berenz -protegido de Ronald Blanco- el superintendente del Seniat, y pare usted de contar. Los rojos rojitos son los que compran Hummer y toman Whisky 18 años”, enfatizó.

Agregó que, en el Circulo Militar de San Cristóbal se realizan fiestas de Banfoandes con bebidas alcohólicas importadas, por lo cual calificó como “cínicas y embusteras” las declaraciones emitidas por el primer mandatario nacional en su programa dominical Aló Presidente del pasado domingo.
Argumentó que ya el gobierno se está percatando que el pueblo venezolano está rechazando la “reforma comunista de la Constitución”, y por tal razón “ahora se les da por aparentar que son muy honrados, fingiendo que son incorruptibles”. (“Noticias 24”, 3-10-07)

El ejemplo que nos debe guiar es la manera de comunicarnos con los demás, bien sea en privado como en publico, no debería ser el de las torturantes cadenas de Chávez sino el de la sabiduría de Renny Ottolina, que con razón fue llamado por muchos el número uno de la televisión. Renny murió en marzo de 1978, muy poco tiempo antes de la Semana Santa de ese año.

Recuerdo que en la misa del Jueves Santo el sacerdote nos pidió encomendarle a Dios el alma de Renny Ottolina, que tanto bien nos había hecho, tanta felicidad nos había dado y tan agradable que había hecho nuestros medio-días.

A Renny le vendrían muy bien aquellas palabras del Apóstol San Pedro, primer Papa, en el sentido que “pasó haciendo el bien”:

“Jesús de Nazaret fue consagrado por Dios, que le dio Espíritu Santo y poder. Y como Dios estaba con él, pasó haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en la misma Jerusalén. Al final lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día” (Hechos de los Apóstoles, 10,38-40).

Nuestra vida no tiene sentido en cuanto a la egolatría, a la auto-idolatría, al egoísmo y en cuanto al ilimitado abuso mediante cadenas y más cadenas sino en cuanto a la alegría, la felicidad y al bien que en esta vida pasemos haciéndole a los demás.